-Pero que haces?!
Pasó totalmente de mi, seguía encima de mi pero mirando para atrás. Giré la cabeza hacia todos los lados que mi posición me permitía y vi como todos sacaron sus Rayguns.
-Grace, métete dentro y no te asomes a la ventana ni mucho menos salgas!!
Gritó Kurt. La niña hizo lo que dijo. Kevin se giró a mirarme. Aun con su pistola en la mano.
-Helena, pasa dentro, haz lo mismo.
-Pero no entien...
No me dio tiempo a terminar, Kevin hizo como una especie de combulsión. Como si le hubieran pegado una patada o algo. Puso los ojos en blanco y calló tendido encima de mi.
-KEVIN!!!- Gritó Gerard. El cual no se lo pensó dos veces y disparó varios disparos al frente. No podía ver que había por mi posición.
-Helena, coge a Cobra Kid y meteros en casa!- Me gritó Billie.
Me levanté como pude. Pero preferiría no haberlo hecho. Miré hacia donde había disparado Gerard y vi un coche de BL/ind que venía todo lo rápido que podía. Un draculoide estaba con medio cuerpo asomado y la Raygun en la mano. Me quedé paralizada con la imagen.
-HELENA, METETE DE UNA MALDITA VEZ!
Cargué como pude a Kevin y fuimos dentro. Lo tumbé en la misma cama donde pasó la noche anterior. Fui de vuelta a la barra. Grace estaba sentada en un taburete. Mirando a la nada.
-¿Qué miras?- Le pregunté acercándome.
-Intento no mirar la ventana.
Me daba pena. Tan pequeña para todo esto... Se me ocurrió una idea. Fui a por unas camisetas que tenía que me había traído y cogí unas tijeras de la barra.
-Necesito reformar mi ropa, ¿Me vas a ayudar?
Me miró seria. miró la ropa y otra vez a mi.
-No me gusta la moda.
Dejé todo en el suelo. No sabía que hacer. No se me daba bien. Simplemente no se me daba bien.
-Mira, ya eres suficientemente mayorcita para saber lo que está pasando ahí fuera, ¿verdad? Bueno, pues lo mejor sería que intentaras no pensar en eso, distraete, búscate una afición.
-Te gusta Kevin.
Me quedé paralizada. Kevin no me gustaba. Vale, era guapo, tenía buen cuerpo y todo eso pero jamás tendría nada con él. Y menos después de lo del dia pasado. Entonces me acordé de lo que le había pasado y de la herida de Gerard. Tendría que ir a curarlo.
-No digas tonterias, Grace.-Dije mientras me volvía a la habitación.
-¿Esta muerto?
-No-Ya estaba entrando a la habitación.
-¿Entonces no te lo vas a tirar muerto?
Me quedé paralizada totalmente. Esa niña era una cria. Tenia pinta de angelito. De niña de anuncio. Pero en cambio era muy espabilada y... Madre mia. Controlaba todos los ámbitos. Hice como que no la escuché y entré cerrando la puerta. Kevin aún no se había despertado. Me asomé a la ventana. Ya habían acabado. El Draculoide estaba inconsciente en el suelo. El coche supongo que huyó. Los demás estaban examninándolo. Me volví a Kevin. Estaba despertándose.
-Helena...
-Shh.. Tranquilo...
Cerró los ojos y suspiró. Me senté a su lado.
-Tengo que curarte.
Me miró y abrió mucho los ojos. Puso su mano sobre su tripa y cerró nuevamente los ojos.
-¿En serio?
-Venga, va. No seas un crio.
Le ayudé a incorporarse y a quitarse la camiseta. Se tumbó boca abajo. Hice lo que tenía que hacer y ya esta. Le dejé descansando. Cuando salí de la habitación entró Gerard corriendo. Se nota que se llevaban bien, madre mia. Fui con Billie y Kurt.
-¿Que tal os ha ido?
-Bueno... Ha sido un susto más que nada.
Asentí con la cabeza. Me giré y vi a Grace con un paquete de papas.
-Que raro, alguien comiendo.
-Coge lo que quieras.
Se me iluminó la cara. Estaba hambrienta. Hacia casi dos días que pasaba a base de agua. Me acerqué y cogí lo primero que encontré. Me daba igual lo que fuera. Sólo queria comer. Cualquier cosa. No me importaba.
Ya estaba bien entrada la noche. Grace dormía en el incómodo sofá. Nosotros cuatro estábamos sentados en el suelo. Hablando. Decidimos acostarnos ya. No teníamos ninguna misión por el momento para el próximo dia pero necesitábamos descansar.
-Helena, duerme tu en la otra cama.
-Oh no... En serio, dormir vosotros. Yo... Yo puedo dormir en cualquier sitio.
Insistieron en que usara yo la cama. Acepté. En el fondo era obvio que lo prefería a volver a pasar una noche en el porche. Así que entré con cuidado de no hacer ruido y despertar a Kevin. Pero no sirvió de nada. Justo cuando ya me tumbé abrió los ojos.
-¿Que hora es?
-Tarde.
Silencio incómodo. No tenía ni idea de que decir o que hacer. Me tumbé en el colchón que tampoco era muy cómodo pero era mejor que otra cosa. Me quedé mirando al techo para evitar cruzar la mirada con Kevin el cual no dejaba de mirarme fijamente. Al final no pude más y le pregunté seca.
-¿Vas a dormir o te vas a pasar la noche mirandome empanado?
No dijo nada. Siguió tal y como estaba. Con esa cara de póker
-¿Sabes realmente cuál de las dos opciones prefiero?
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