Me desperté de golpe. Me dolía mucho el cuello. Había dormido toda la noche igual. Estiré mi espalda y oí como crujieron varias vértebras. Era el amanecer. El Sol salía perezoso de entre las montañas. Me levanté despacio. Me dolían las rodillas, las espinillas, los tobillos, todo. Me volví dentro. Aun dormían todos. Parecía que no hubiera salido, Billie seguía en su saco y Kurt seguía roncando igual que horas antes. Me tumbé en el sofá. Eso ya estaba mejor. Era la primera vez que lo notaba cómodo de verdad. Cerré los ojos.
-Helena. Venga despierta.
Abrí los ojos. Vi a Billie arrodillado al lado del sofá. ¿Cómo había salido del saco sin hacer ruido? Me incorporé en el sofá y al estirar la espalda noté como volvieron a crujir más vértebras.
-El sofá este no es el más cómodo del mundo, ¿verdad?
Comentó sonriente Billie mientras iba a la barra. Si el supiera que no había dormido ahí en toda la noche... Me quedé mirando todo lo que me rodeaba. Con la luz de las primeras horas de la mañana todo era muy distinto. Mucho más rústico. Más humano. Billie se acercó a mi con un tazón viejo.
-Café- Sonrió.
Lo cogí y lo prové. Era café, vale, pero estaba frío, muy frío. No me gustaba nada. Pero tenía tanta hambre y sobretodo tanto sueño que me lo tomé muy rápido. Kurt se despertó sólo. Parecía que estaba acostumbrado a levantarse a esa hora. Me levanté y fui a la habitación en silencio. Los dos hermanos dormían. Cogí una camiseta de Los Ramones y unos vaqueros oscuros y me metí en el baño. Me duché y me peiné. Cuando salí los demás ya estaban listos. Kurt se acercó a mi.
-Helena, esta es tu primera misión. No es lo más peligroso ya que es una comprobación, se supone que no hay enemigos pero... Igualmente, cada vez que sales de aquí corres peligro. Eres consciente, ¿verdad?
No dije nada. Me limité a asentir con la cabeza. La verdad es que hubiera estado mejor si no me hubiera dicho nada de eso. Ahora empezaba a pensar que nos íbamos a encontrar en medio de alguna batalla. Entonces me vino a la cabeza la herida de Gerard. No, no podía pensar en eso. Él había estado en una situación totalmente distinta.
-Esta bien, Kurt. Gracias.
Me sonrió y aunque no lo sentía, le devolví la sonrisa. Por suerte no se notó que fue forzada. Billie abrió el cajón donde había visto las rayguns el día anterior. Cogió una y la miró detenidamente. Me miró y volvió a mirar el arma.
-Aún no te han traído tu arma pero de momento te puedes valer con esto.
Me la tendió. Era una raygun verde. Normal y corriente.
-No son tan potentes como las demás, pero para empezar te las puedes apañar así.
Salimos y nos subimos al coche. Ahora empezaba todo. No hablaba nadie durante el camino. Kurt conducía muy concentrado en la carretera mientras Billie, sentado en el asiento del copiloto iba cantando en voz baja las canciones de la emisora del Dr.Death. Yo, desde el asiento de detrás miraba por la ventanilla. Pasamos las montañas que se veían desde el bar. No sabía cuanto tiempo llevábamos conduciendo pero empezaban a dolerme las piernas de estar sentada tanto rato.
-Y ahora, para brindar que acaba de dar el medio dia tenemos "Ohio is for lovers" de Hawthorne Heights...
Se puso la canción. Eran las doce del medio dia. Llevábamos 3 horas en la carretera. Y ya eran las 3 de la tarde y sonaba "Weightless" de All Time Low cuando aparcamos el coche.
-¿Dónde estamos?- Pregunté bajando del coche.
-Estas eran las antiguas Las Vegas.
Así que mis padres tenían razón. Esas montañas llevaban a Las Vegas. Fuimos andando por esas calles desiertas. Todo eran casas abandonadas. Teatros que aún tenían los carteles de los shows XXX que ahí se hacían. Y en una Torre Eiffel en miniatura colgaba un cartel enorme. Era la cara de Korse y uno de sus eslogans "Love is a pill". Korse era el líder de BL/ind. Era un hombre calvo, que nunca sonreía. Y controlaba a todos los draculoidesasiatica, que estaba por encima de él. Era la dueña de S/C/A/R/E/C/R/O/W/ y la líder de los exterminadores.
-No veo a nadie-Dijo finalemente Billie.
-Alguien tiene que haber. Si el Dr.Death ha dicho que había gente será por algo.
Nos metimos en un patio de una finca que estaba abierto, subíamos y subíamos escaleras hasta que vimos un piso abierto. Entramos y vimos a una niña durmiendo. Tendría unos 9 o 10 años, no más. Estaba entre unos cartones. Pobrecilla... Me acerqué con mucho cuidado.
-Hola...
Abrió los ojos vagamente. Me miró, los volvió a cerrar y los abrió de golpe. Asustada. Se levantó rapidamente y se echó unos pasos atrás. Billie y Kurt se habían ido a comprobar el resto del piso asi que estaba yo sola con ella. Era muy morena, tenía los ojos azules muy claros y el pelo castaño y rizado por los hombros. Era monísima.
-Tienes miedo, ¿verdad? Esta ciudad es muy fea...
Me senté en el suelo donde estaba. Le miré y le sonreí. Ella seguía igual. Asustada.
-Me llamo Helena. Soy de California. ¿Y tu?
No me respondió. Pero ya no parecía tan asustada. Ahora me miraba más bien con intriga.
-¿Y tus papás? ¿Se han ido a por algo? Vamos, me lo puedes contar... Si quieres te puedo contar lo que tu quieras. Soy buena.
-Si eres tan buena ¿Porque llevas una pistola?
Me quedé de piedra con la respuesta de la cria. No me la esperaba. Estaba bastante espabilada...
-Bueno... No es una pistola "por completo", Es la primera vez que llevo una.
-¿Y porque la llevas?
-Para defenderme de los malos.
-La mala puedes ser tu.
Menuda niña. Parecia inocente pero se las sabía todas. Ahora ya no parecía curiosa. De echo parecía que controlaba la situación mejor que yo. Se sentó frente a mi. Seria y se acercó más.
-¿Porque debería creerte?
-Porque ahora mismo creo que soy la única persona que tienes.
-Tengo a mis papás.
Se levantó. Con gesto orgulloso. Como si hubiera ganado algo.
-Pues te envidio. Yo no.
Me levanté también. Como si no me importara. Me giré hacia la puerta. Era obvio que no le interesaba a la niña, tenía que llamar su atención y conseguir que confiara en mi y para ello lo mejor era jugar a su juego. Di unos pasos hacia la salida y me giré a mirarla.
-Diles cuando vuelvan que los Killjoys se han pasado a saludar y de paso a llevaros a un lugar seguro. Pero bueno... Ya nos volveremos a pasar algún dia...
Continué caminado, iba despacio, por si reaccionaba. Pero no. De echó se volvió a sentar en el suelo y oí como dijo con tono burlón "adios". Ya estaba cogiendo la puerta y dándome por vencida con la criaja esa cuando oí que se levanto.
-Helena...
Me giré a mirarla. Por fuera parecía indiferente pero por dentro estaba asombrada de que me hablara.
-No tengo papás... Se los llevaron...
Empezó a llorar. Y mi asco repentino a la niña desapareció convirtiendose en un fuerte sentimiento de comprensión. A esa niña le habían arrebatado a sus padres unos Draculoides que invadieron su vida, igual que a mi. Caminé hacia ella, me arrodillé y le abracé. Cuando nos separamos yo estaba a punto de llorar.
-Venga, para. Me vas a hacer llorar.- Una lágrima me calló mientras se lo decía sonriendo. Fue una de mis sonceras mñas sinceras de mi vida.
Entonces entraron Billie y Kurt.
-No hay nada más. ¿Vamos?
Me giré a mirarlos mientras me secaba las lágrimas. Miré a la niña mientras me levantaba y le tendí la mano.
-¿Vienes?
Me sonrió y cogió mi mano.
-Me llamo Grace.- Sonrió de nuevo. Le devolví el gesto.
La vuelta se me hizo mucho más rápida. Basicamente porque la pasé durmiendo todo el camino. Habia sido un día duro. Cuando ya estabamos llegando me desperté. Oí como por la radio decían "Y ya llegamos al final de este dia, como última canción de hoy tenemos You and I, de Secondhand Serenade" y cuando acabó la canción y nos bajabamos del coche ya estaba con la despedida. Puse los pies en la arena y al dar dos pasos...
-HELENA!!